Entre el realismo, lo abstracto y el hiperrealismo

El otro día, aprovechando las "vacaciones" en Madrid, fui a visitar el Museo de Arte Reina Sofía. La entrada me salió gratis, gracias a una invitación por ser mutualista. Soy, soy soy soy... soy soy soy...

Mi prioridad era ver de nuevo el Guernica, ya que la única y última vez fue en el Casón del Buen Retiro, aislado con cristales de alta seguridad. Ahora no está cubierto por nada, aunque si está bien protegido con sendas vigilantes que ladraban a cualquiera que se acercase a escasos metros. Las fotos debían realizarse desde un pequeño hueco, no entiendo muy bien el por qué, pero bueno, al menos pude capar esta instantánea.

En la sala de los alrededores había otros Picasos, Dalís, etc que hacían que valiese la pena estar allí unas horas.

Pero el motivo de este post no era hablar de esto, sino de una de las exposiciones temporales que había ese día. Trataba sobre el hiperrealismo y la verdad es que aún sigo intentado pensar si todo lo que allí ví es una vacilada, si soy demasiado viejo para comprender este nuevo arte o si hay algo que se me escapa de mi corta cultura.

Para empezar, en los pasillos del Museo, como bien puede apreciarse en la siguiente foto, me encontré con cientos de ruedas de desecho. Lo mismo que hace unos meses me encontré en un desgüace a las afueras de Madrid. Aún no he encontrado la diferencia entre el arte de esta foto y el arte de desgüaces La Torre.

En las siguientes salas de esta exposición temporal me encontré con infinidad de cosas incomprensibles para mí. Trapos tirados por los suelos, papeles estrujados, cartones pintados similares a los que hacen los niños, etc.

Pero al igual que el ejemplo de las ruedas, encontré en una de las salas, varias peceras de cristal llenas de bombillas, chapas y desperdicios varios. Esto me llamó mucho la atención, ya que en mi salón dispongo de algo similar, pero repleto de canicas. Este invento sirve de sujeción para un tablero de mi mesa de trabajo, que junto con unas luces y las canicas de colores, dan un color "diferente" a mi salón.

Entonces, mi reflexión es... soy un artista hiperrealista? por qué no se apreciar el hiperrealismo de otros? será que tengo un artista encerrado en una mente obtusa? Ser o no ser, esa es la cuestión.

REGRESO DE ALCALA

Después de un viaje de reconocimiento al nuevo trabajo de mi mujer y de un pequeño baño de cultura por los alrededores de Alcalá de Henares. El viaje de regreso en transporte público fue genial. Aquí se puede ver:

La verdad es que me lo pasé genial, algunos de mis colegas son unos fueras de serie. Que pena que no pueda contar las anécdotas de Cuenca. Si un día me dan permiso los personajes en cuestión, las publicaré. Son anécdotas dignas de hacer una película del tipo Airbag.

SATURADO

Me veo en la obligación de escribir algo en el blog porque lo tengo abandonado desde hace tiempo. El problema es que he pasado de ser una basura incompetente para la sociedad, a tener dos trabajos que me consumen las 26 horas del día.

El caso es que tengo bastantes cosas de las que escribir, pero mi tiempo últimamente es limitado. De hecho estoy probando alguna aplicación para el Iphone y aprovechar los pequeños momentos libres mientras me muevo en transporte público. De esa forma sacaría tiempo para escribir cosillas en el blog.

¿Lo haré o terminaré cerrando el blog?

Semejanzas

El otro día tuve una reunión en unas oficinas que casualmente tenían las mismas ideas de decoración que las que he utilizado en mi despacho.

Ahí van unas fotos comparativas que así lo reflejan:

No es sólo el uso de frases célebres, sino el estilo utilizado. Sobre todo el predominio del color blanco.

Iphone versus Blackberrry

Foto sacada desde un Iphone:

Anecdotario

En el andén del metro a primera hora de la mañana:

Una señora y dos señores y mayores exaltados hablando sobre los grandes problemas del país.

Fíjate lo del 11M, si ya te dije yo que era un golpe de estado encubierto contra Aznar, si estaba clarísimo. Y mira los de ayer manifestándose (se refería a la manifestación de los sindicatos contra la ampliación de la edad de jubilación a los 67 años), menudos sirvengüenzas, si estuvieran trabajando en lugar de manifestándose por las calles, otro gallo nos cantaría.

Entre tanto, mi mujer se les quedó mirando, un poco por lo que decían y otro poco por la exaltación extrema de estas personas. Y parece ser que no les gustó que les mirasen, porque la mujer mayor fue directa a mi esposa y la dijo acaloradamente: !!Qué miras!! !!Tú también eres una de esos!!

Mi mujer, educadamente, la pidió perdón por si le había causado alguna molestia el haberla mirado. Finalmente, uno de los señores mayores se llevó a la mujer y pidió disculpas a mi mujer por la exaltación de esta.

Y yo me pregunto... ¿Por qué se intenta crear este clima de malestar y de mala leche desde los medios de comunicación, desde los partidos políticos, etc? ¿Por qué nos utilizan para azuzarnos entre nosotros?

Por favor, respetémonos los unos a los otros, empecemos por lo básico, por la EDUCACIÓN, por el RESPETO, por los valores esenciales de cualquier convivencia. No vale con mandar unos euros de ayuda a Haití, o donar unos euros en la gala de Inocente Inocente. Estas cosas se tienen que demostrar desde abajo, forjando los pilares de una correcta EDUCACIÓN y RESPETO.

Arcos de Seguridad

En estas dos últimas semanas me he fijado en la poca utilidad que tienen los arcos de seguridad que podemos encontrar en supermercados, administraciones públicas, etc.

Mis últimas compras en los supermercados Mercadona han coincidido con que llevaba puesta un abrigo que recientemente me he comprado en el Decathlon. Por alguna razón, alguna etiqueta debe estar aún magnetizada y suena cuando paso por algún arco de seguridad del Mercadona.

Lo más curioso de todo es que tanto cuando entro, como cuando salgo, siempre pita el arco y nadie de seguridad me dice nada. Esto también me ha sucedido en una última visita al Decathlon. Entonces, ¿para qué ponen estos arcos? y ¿para qué están los guardias de seguridad?

Lo mejor de todo, hablando de arcos de seguridad, me ha sucedido hoy mismo en una visita a unas oficinas del Ayuntamiento. Resulta, que cuando iba a entrar, había una cola bastante grande de personas esperando a pasar por el arco de seguridad. La gente que pitaba al pasar, tenía que vaciarse los bolsillos y volver a pasar. De esta forma, la espera era más larga, pero todo sea por una mayor seguridad de todos.

Cuando terminé mis gestiones y al salir por la misma puerta que entré, donde se encontraba el arco de seguridad, el guarda ya no estaba y la gente pasaba sin problemas. Entonces, ¿para qué nos hacían esperar y vaciarnos los bolsillos diez minutos antes?

¿Por qué intentan vendernos todos los días la seguridad, los cacheos, las normas estrictas para subir a los aviones, etc, si luego nos saltamos las normas a la torera?

¿Algún día despertaremos de esta farsa? ¿o quizás no interesa a muchas empresas de seguridad que despertemos?